El síndrome de Ovario Poliquístico

El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es la causa más común de desorden hormonal en mujeres y en España su prevalencia ha ido aumentando en los últimos años hasta llegar a afectar entre el 6% y el 9% de las mujeres.

Su manifestación clínica es muy variada, ya que cada mujer puede presentar síntomas diferentes, pero puede incluir alteraciones en el sistema reproductor como infertilidad o  riesgos relacionados con el embarazo. También cambios metabólicos que pueden ser obesidad, resistencia a la insulina o diabetes, tanto gestacional como de tipo II; por último pueden manifestar alteraciones psicológicas como ansiedad, depresión o  desorden alimenticio.

Causas

Las causas que provocan este síndrome pueden ser muy variadas, aunque entre las que están siendo estudiadas actualmente, las más frecuentes son la genética, la epigenética y los factores ambientales, dentro los cuales se encuentran:

  • Las toxinas ambientales (o disruptores hormonales): son químicos fabricados por el hombre presentes en plásticos, comida, o ropa. Estos elementos entran dentro de nuestro organismo por ingesta (mediante fármacos, líquidos, comida) y por inhalación (partículas presentes en el aire). Entre estas toxinas se encuentran el triclocarbán (TCC) o el bisfenol A (BPA).
  • La falta de ejercicio físico: la inactividad física es una causa importante en la mayoría de enfermedades crónicas. Se ha observado que la práctica de ejercicio físico de 30-60 minutos al día ayuda en muchos casos a restaurar ciclos ovulatorios normales; probablemente asociado con la mejoría en la resistencia a la insulina.
  • La microbiota intestinal: ésta tiene efectos sobre el sistema inmunitario, la señalización hormonal y el sistema nervioso. En los casos en que esta microbiota no está en buenas condiciones (asociado con factores genéticos y alimentarios) predispone a la liberación de toxinas y aumenta la resistencia a la insulina.
  • El aumento de peso: entre el 38% y el 88% de mujeres con SOP son obesas o con sobrepeso. Los efectos del aumento de peso sobre el desarrollo de SOP son debidos a las consecuencias que tienen en la resistencia a la insulina y una hiperinsulinemia secundaria. Estos casos también suelen estar asociados con el desarrollo de diabetes tipo 2.

Criterios de diagnóstico

Puesto que se trata de un síndrome y su sintomatología es tan variada, no hay ningún criterio completamente homogéneo para ser diagnosticado. Muchas veces su diagnóstico se hace por exclusión, descartando patologías como hipotiroidismo, hiperprolactinemia o síndrome de Cushing.

Los criterios que utilizan hoy en día para diagnosticarlo son los siguientes:

– Hiperandrogenismo, es decir, un nivel elevado de andrógenos o testosterona (hormona masculina) en sangre. Sus manifestaciones clínicas suelen ser hirsutismo, o mayor presencia de vello, acné o alopecia.

– Ovarios con morfología poliquística. Con un ovario que cumpla los requisitos adecuados es suficiente.

– Disfunción ovárica, que se podría manifestar mediante amenorrea (ausencia de menstruación) u oligomenorrea (ciclos menstruales con menor frecuencia).

Por lo tanto, mediante estos criterios se describen tres perfiles de paciente:

  1. Hiperandrogenismo + ovarios poliquísticos
  2. Hiperandrogenismo + disfunción ovárica
  3. Hiperandrogenismo + disfunción ovárica + ovarios poliquísticos

Opciones de tratamiento

El primer tratamiento que se suele ofrecer  a estas pacientes es el farmacológico, siendo las pastillas anticonceptivas el más habitual, ya que regula los ciclos menstruales y reduce los niveles de andrógenos en sangre; pero, al igual que la mayoría de la medicación, hay que tener en cuenta sus efectos secundarios (hipertensión arterial, dolores de cabeza o aumento de peso, entre otros).

Otras alternativas que existen para tratar el SOP que no implican fármacos son:

  • Estrategias comportamentales: con el fin de optimizar la gestión del peso, el estilo de vida saludable y el bienestar emocional en mujeres.
  • Hábitos alimenticios saludables: una dieta balanceada y variada (igual a los principios generales de salud aplicados a la población general) debería ser recomendada. La pérdida del 5-10% del peso en mujeres con sobrepeso ha demostrado tener beneficios significativos.
  • Ejercicio físico: para prevenir el aumento de peso y mantener una buena salud se recomienda realizar un mínimo de 150 min/semana de ejercicio físico de intensidad moderada o 75 min/semana de intensidad vigorosa.
  • Fisioterapia: dentro de las cuales se han estudiado ser efectivas técnicas como la acupuntura, las manipulaciones osteopáticas o la terapia manual visceral, ya que estimulan al ovario y al sistema hormonal a recuperar su funcionalidad habitual.

Candelaria Vicente / Colegiada nº 12.222